Comienza el mes de mayo con no muy buenas noticias para Málaga. Un día antes del día del trabajador, se publica que
la provincia finaliza el primer trimestre de 2014 con el 36,52% de la población activa sin trabajo.
Además del gran sentido del humor del destino, podemos apreciar que se
ha alcanzado una cifra récord, con 285.800 desempleados. A esto hay que
añadir los datos publicados por Cáritas:
el 53% de las personas que reciben ayuda de Cáritas, son españolas.
A
pesar de todo, los economistas señalan que nos encontramos en una
situación donde se empieza a hacer notable el crecimiento económico. No
lo dudo. Pero ¿a qué llamamos crecimiento económico? ¿A que las arcas de
un país empiecen a tener dinero a costa de que la población pase
hambre? Porque los datos son devastadores: 112.400 hogares (el 18%)
tienen a todos sus miembros activos en paro.
En el intento de poner remedio a la situación,
el PSOE de Málaga “ha aprobado una resolución en su ejecutiva que pide al Gobierno que promueva un plan de empleo en Andalucía”.
Una buena iniciativa que gustaría más leerla en el periódico, si no
fuera acompañada de “campaña política”. Porque eso es lo que tenemos:
campaña política durante los 365 días del año en un tira y afloja que no
tiene fin. Más lamentable es cuando estas acciones se llevan a cabo
desacreditando al prójimo.
En unas declaraciones Miguel Ángel Heredia, secretario general del
PSOE de Málaga, acusa al presidente del PP de Andalucía de “coordinar la
acción de los ayuntamientos del PP contra la Junta. Quizás no le falte
razón. Pero también defiende que el gobierno de la Junta de Andalucía
“no se ha cruzado de brazos”. Permítanme usar la expresión de “el uno
por el otro y la casa sin barrer”, porque hemos llegado a un punto en el
que la población no se cree nada de lo que dicen. Lo que nos demuestran
claramente es que lo que importa es llegar al poder mediante el
sufragio universal para, una vez allí, “aguantar” los cuatro años y si
hay suerte, “de oca a oca y…”.
Pero esto no son cosas que a uno se le ocurren antes de dormir. Se
ven en el día a día. La realidad depende de quién gobierna, dónde lo
hace y si afecta al partido. Podemos poner el ejemplo de la paralización
de las obras del Ave Málaga-Sevilla (proyecto de la Junta de Andalucía)
donde el PP afirma que es un despropósito abandonar las obras y el PSOE
que es demasiado dinero terminarlas.
Y precisamente en el abandono de
obras del Ave entre Almería-Murcia (proyecto del Ministerio de Fomento)
se da la situación inversa. Entonces, si es mucho dinero, ¿por qué no se
abandonaron los proyectos antes de invertir millones de euros en ellos?
Quizás porque quedaba muy bonito en programa para las elecciones o,
como nos tienen acostumbrados, por prestigio.
Es por eso que, en los mítines políticos, en lugar de decir “luchare
por los intereses de la ciudadanía” se debería decir “lucharé por los
intereses de mi partido”. Y siento mucho meter en el saco a quien no
debería estar ahí, porque a pesar de todo hay personas que luchan por lo
primero (es lo que tiene generalizar).
Esa es nuestra realidad: la población pasando faltas. Mientras la
realidad de los políticos es relativa a sus partidos y las noticias son
utilizadas para hacer campaña. Pero no os preocupéis, porque llegado el
verano, el empleo crecerá por las ofertas de trabajo en la etapa estival
y el Gobierno saldrá dándose palmaditas en la espalda diciendo: “lo
estamos haciendo bien”. Y por lo de Cáritas, ya saldrá el señor Montoro
diciendo que esos datos “no se corresponden con la realidad”.