lunes, 23 de septiembre de 2013

“PARECE QUE EL SOL QUIERE SALIR”

Nueve son los metros cuadrados que inundan mis pensamientos y los 3 que inundan mis suspiros quieren hacerse cuatro. Unas paredes que, como si fuesen acorazadas, me hacen pensar que el exterior es más inseguro que el interior. Pero la realidad está lejos de esta idea etnocentrista y equívoca.

“Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. ¡Mentira! Nunca vale más lo malo que lo bueno. ¿Nos hemos vuelto locos? No lo sé, pero yo quizás si lo haya hecho. Lo sabré cuando consiga salir de aquí, ya que el loco es simplemente el que actúa de manera distinta a los demás. Pero la puerta no es la barrera que marca la diferencia entre salir o no. Antes de la puerta se encuentra mi inseguridad, que cubriré con infinitud de capas de fanfarroneo. Como si fuera una cebolla que en lugar de corazón verde tuviera una autoestima baja y dudosa. Mientras tanto sigo encerrado con un ánimo que no encuentra la llave de la alegría que pueda abrir esa maldita cerradura. 

En mis pensamientos abundan los pensamientos, y en éstos los pensamientos, y en éstos más pensamientos. Quizás habría quedado bien decir “y en esos pensamientos tú”, pero mi mente es una sala con dos espejos, uno a cada extremo, y que no parece tener ni principio ni fin. Y en esa sala no hay nadie. Tan solo es ocupada por imágenes de personas, colgadas en la pared, recordando que existen pero sin hacer acto de presencia en ella. Solo. Yo. “Moi”. A veces creo que alguien me abraza por la espalda con la intención de besarme, pero cuando me doy la vuelta, para corresponder ese beso, me encuentro con el aire. O mejor dicho: no me encuentro con nadie.

Me paso los días dándole vueltas a las cosas mientras doy vueltas a la silla. Si estuviera viva me diría que está mareada. Lo sé porque así me siento yo: mareado. No me quedan uñas que morder. Una presión entre el pecho y la garganta me hace levantarme y mirar por la ventana pensando “qué pasaría si…”. No lo sabremos hasta que no pase. Y de momento el exterior, para mí, es solamente  un pequeño jardín con pájaros grandes cuyo nombre desconozco.
Fotografía de Clara Miguélez Sotillo

Mis días se podrían resumir en dos palabras: pensar y soñar. Ésta última se podría sustituir fácilmente por desear, ya que los sueños son utilizados por el subconsciente para paliar los deseos más profundos, o en mi caso los deseos más externos. Esto se debe a que en mis sueños aparezco en el exterior extraño, en una llanura inmensa con plantaciones de trigo agitadas por el viento. Algo tan diferente a lo que tengo. Así que mientras mi indecisión da vía libre a salir o no de este agujero (porque al fin y al cabo es un agujero en el que estoy metido) me dedico a observar, cual niño curioso, el exterior. Árboles grandes y verdes, flores tímidas ante el inmenso tamaño de los árboles y un cielo lleno de nubes. Un cielo gris espeso donde “parece que el Sol quiere salir”. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Nuevo Gobierno de Andalucía: Opiniones inútiles

Comentarios inútiles de anónimos en el artículo de Pedro M. de la Cruz que rápidamente se posicionan hacia una de las dos polaridades políticas (PP o PSOE). La cuestión no es si el partido político se llama Fulano o Mengano, ni si la provincia de Almería se lleva bien con uno de estos dos. La cuestión es que menosprecian la capacidad de los políticos almerienses marginando, una vez más, a nuestra provincia y decidiendo sobre ella gente de fuera. Que yo no se cómo será este nuevo gobierno Andaluz, sólo espero que se parezca al mensaje que da Dolores Gómez Ferrón en su artículo de La Opinión de Almería ("consejeros-as que para ellos prime la operatividad, la efectividad, la rapidez y la coherencia en la labor de gobierno, auténticos gestores que sean capaces de dejar de lado el horrible juego político del “y tú más”).

Lo que si está claro es que para saber hay que conocer, pero nunca conoces un sitio hasta que eres capaz de andar por él totalmente a oscuras y normalmente esto sólo lo podemos hacer en nuestra casa.